PROMO LA PULSEADA DE ABRIL

junio 17, 2009

"Al hablar de delincuencia juvenil hay que pensar que se trata de chicos desatendidos”

Lo dice José María Carbajal, más conocido como El Sabalero, una leyenda viva de la música popular latinoamericana, que a los 65 años decidió recorrer todas las escuelas del Uruguay para llevar a los niños las canciones de su pueblo.
“Estamos trabajando para cantarle a todo el alumnado y a los maestros del país. Yo estoy haciendo el libreto y estamos eligiendo los temas, todos de autores uruguayos. No es para el público, ni para la prensa, ni los padres… Es para los niños”.

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"Es para los niños y los maestros. No van ni los padres, ni público ni nada"

El proyecto, que se pondrá en marcha a partir de agosto, cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación del Uruguay, que solventará todos los gastos de traslado, sonido, difusión y honorarios de los músicos. “Hace rato que me viene dando vueltas por la cabeza y tiene que ver mucho con un recuerdo de cuando yo tenía unos siete u ocho años. Un día en la escuela donde yo iba nos juntaron en el salón de actos, con un sándwich y un refresco, y cuando se abrió el telón apareció Atahualpa Yupanqui en el escenario. Nunca más me olvidé de eso y siempre tuve esa idea de hacer algo con los niños de las escuelas”.
Conocido como El Sabalero, Carabajal es cantor, poeta y un gran contador de historias. Es una leyenda viviente de la música popular latinoamericana desde hace cuatro décadas. En 1969 editó su primer LP en el que sonaban Chiquillada, La sencillita y A mi gente. “Mi vida cambió porque las canciones impactaron en los uruguayos y algunas se me fueron por Latinoamérica y se hicieron bastante populares”. Chiquillada, conocida en Argentina como Pantalón cortito, se difundió con la voz de Leonardo Favio o la de Jorge Cafrune. A mi gente es un candombe que recuperó su popularidad hace diez años, grabado por Soledad Pastorutti.
En la última edición de La Pulseada, donde comenta su proyecto “pa´que los botijan no se pierdan”, El Sabalero no esquiva la opinión sobre temas de la agenda política, como el extendido consumo de drogas: “el mayor problema ahí es la corrupción en los cuerpos de seguridad. No puede ser que las autoridades policiales no sepan dónde están las bocas de expendio. Por eso no hay que penalizar al consumidor sino al vendedor”.
El artista uruguayo, que estuvo exiliado durante el período de dictaduras en América Latina y sus temas fueron prohibidos tanto en su país como en Argentina, tiene motivos para sentirse incómodo con el accionar de las llamadas “fuerzas de seguridad”. Años atrás, en un programa de televisión de Montevideo, manifestó que “quienes mandan a sus hijos a un liceo militar, que sepan que allí se forman hijos de puta”. Por esos dichos fue querellado por los comandantes de las tres armas uruguayas. “Fue una bronca del momento pero es lo que pensé toda la vida”, dice. Muchos artistas de su país se mostraron solidarios con él, pero los políticos se llamaron a silencio: “está bien porque ellos hacen su trabajo, que es cuidar su sillón. Y yo hago el mío que es cuidar el respeto y mi dignidad”.
En un número que evoca la memoria del comprometido escritor Uruguay Mario Benedetti, la revista fundada por Carlos Cajade dedica cinco páginas a la entrevista exclusiva con El Sabalero. “Lo suyo no es el folclore puro como el de Alfredo Zitarrosa, ni la murga como Falta y Resto y menos el rock-candombe de Jaime Roos. El Sabalero es distinto. Le canta a los bares y a los ladrones. A las putas y a los gitanos. A los perros vagabundos y a la muerte cobarde. Al amor y a los obreros. A la vida y las mujeres. A los amigos y a los recuerdos de una infancia pobre pero feliz. Todo en su tono. En su fraseo. Y con la musicalidad de una garganta marcada por el tabaco y las noches de rondas interminables”, lo describe el periodista Ulises Rodríguez, autor de la nota. En la cálida charla, el Sabalero no sólo habla del proyecto de proponer a los alumnos de todas las escuelas primarias un “viaje imaginario, con canciones, por todo el Uruguay”, sino también de su nostalgia por los viejos bares.
El número 70 de La Pulseada incluye también un artículo sobre Inti Illimani, el mítico grupo musical chileno -hoy dividido- que participó de la campaña electoral que llevó a la presidencia al socialista Salvador Allende, en 1970.
“Nosotros fuimos parte de un movimiento sin darnos cuenta”, dice El Sabalero, emparentándose con otros artistas e intelectuales latinoamericanos: “empezábamos a cantar en lenguaje de entre casa… Éramos muchachos con una fuerte pertenencia a la clase obrera. Uruguay tuvo un movimiento sindical muy fuerte y sano. Y tuvimos la suerte de nacer en ese medio y la sociedad uruguaya se movía en derredor de ese movimiento sindical. El pantalón cortito de Chiquillada es de esa clase”.

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"Que los botijan no se pierdan"


"No tomo más alcohol, no fumo... Soy un desgraciado"

La producción periodística citada puede ser reproducida libremente, citando la fuente // Más información sobre La Pulseada: lapulseada@gmail.com

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