PROMO LA PULSEADA DE ABRIL

marzo 05, 2011

Editorial de marzo: "Otras voces para construir otro país"

Este mes se cumple un nuevo aniversario de la desaparición de Diego Duarte. Hace 7 años, Diego y su hermano mellizo, llegados desde Formosa, buscaban metales en los basurales que tiene el CEAMSE en José León Suárez. Era la noche de 14 de marzo. Cuando vieron que unos vigilantes se acercaban, se escondieron detrás de un montículo de basura, justo cuando unas topadoras removían el lugar. Diego quedó sepultado. El hecho apenas salió en los diarios, y el Estado no puso demasiado esfuerzo por hallar el cuerpo.
Carlitos Cajade escribió, por esos días, para esta página de la revista: “La dolorosa historia del paso del neoliberalismo escandaloso por los países de América Latina en la década anterior, ha hecho que muchísimos de nuestros niños -mucho más de la mitad- no tengan ningún tipo de seguridad. Muchos mueren víctimas del hambre y la desnutrición. Ellos no tienen ningún tipo de seguridad. Otros son judicializados y encerrados en cárceles para niños, únicamente por el hecho de haber nacido pobres y no tienen ningún tipo de defensa ni de seguridad. Otros pierden la escolaridad antes de ponerse el guardapolvo y, por lo tanto, no tienen ningún tipo de seguridad para su futuro”. Una vez más reconocimos esas historias al conversar con los pibes que están recluidos en el instituto cerrado Nuevo Dique, a los que dedicamos el informe de tapa de esta revista.
Volvimos a oír sobre José León Suárez y a lamentar la tragedia de un pueblo que vive del cirujeo cuando a principios del mes pasado la Policía bonaerense asesinó a dos pibes de 16 y 17 años tras el descarrilamiento de un tren. Ni bien ocurrió el hecho el ministro Casal salió a justificar el fusilamiento argumentado que las víctimas eran “delincuentes”. Mientras se destapaba la olla, montó un operativo mediático manoseando el caso de Jorge Julio López, uno de los desaparecidos que lamenta nuestra democracia. Poco después, un bonaerense volvió a matar por la espalda, esta vez en Baradero, a un chico de 19. Y los mismos días nos enterábamos de la muerte por desnutrición de niños wichis en Salta.
“Con Alberto Morlachetti –escribía el cura hace siete años-, a través del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, nos ´gastamos´ recorriendo todo el país diciendo que no tenemos que cuidarnos de nuestra infancia sino que tenemos que cuidar a nuestra infancia. ¿Cómo puede ser que todavía se quiera seguir bajando la edad de imputabilidad? Ahora, de 16 a 14; antes era de 18 a 16 y algún descerebrado social ya está pidiendo que se la baje a 10 años. ¿No nos dimos cuenta de que en los últimos 6 ó 7 años hemos aumentado todas las leyes represivas y el delito no disminuyó? Si sabemos que la mayoría de los delitos graves provienen de corporaciones mafiosas integradas por cuerpos de seguridad, políticos y barra bravas barriales. ¿O todavía seguimos pensando que esto se arregla a los tiros?”.
No creemos eso. Por eso seguimos dando La Pulseada. Porque queremos decir que no hay salida sin una distribución más justa de la riqueza, de las oportunidades, de los futuros posibles. Y de la palabra.
Nos permitimos entonces algún optimismo. Porque hay jóvenes que tienen memoria y la cantan mirando al futuro. Porque hay pueblos que recuperan su identidad y la cuentan con sus propios medios. Porque nos encontramos con pibes en conflicto con la ley penal que, pese a las historias de miseria y violencia que cargan sobre los hombros, son capaces de soñar y amasar otra vida. Ellos tienen voz, una de esas voces que pocas veces se oye.
Otra vez, entonces, volvemos a la calle con La Pulseada. Desde este mes, además, estaremos en la radio. Porque hay otros voces que queremos escuchar, porque hay otro país que queremos construir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario