PROMO LA PULSEADA DE ABRIL

abril 18, 2010

Lucy cumple 8 años repartiendo La Pulseada

Tiene 33 años. Vive en el barrio El Retiro y vende La Pulseada desde el primer número. En la edición Número 1, su foto aparece junto a otras mamás del comedor El Charquito. Eran 8 mujeres que se repartían 4 planes sociales. Desde un comienzo, la distribución de la revista fue una ayuda para ellas y para el comedor. Por ese motivo, Lucy simboliza el objetivo del cura Carlos Cajade al fundar la revista en una época de crisis: la venta de La Pulseada tenía que estar a cargo de trabajadores desocupados y colaborar con comedores. Nos alegra haber ayudado en algo para que Lucy salga adelante.
En nuestro número aniversario, nos abrió la puerta de su casa, nos presentó a “Pomona”, su coneja; “Cabezón”, su perro pitbull; su pareja y sus hijos.
“Cuando nos vinimos a El Retiro no teníamos nada, nada. –cuenta en El Mundo de Lucy, la nota publicada en la edición de abril- Dormíamos en una cuna que se hacía cama de una plaza. Cocinábamos en una olla chiquita. Pudimos poner la mitad del techo de una casilla y nos mudamos solos.”
En aquella época vivían “del otro lado” de El Retiro “en 163, más al fondo”, dice revoleando el brazo. Allí los vecinos les prestaron un carro y un caballo. Más tarde pudieron comprar una yegua… “Nos robaron esa yegua, y todas las que nacieron después. La mamá se llamaba Porota. Después tuvo pura nena, así nacían yegüitas: Gaviota, Paloma, Jazmín. A veces nos acordamos de ellas”, se emociona ya de “este lado” de El Retiro desde el 2000, en calle 52 entre 161 y 162 frente al comedor Los Grillitos (uno de los cuatro de la zona).
Lucy dice que el primer número de La Pulseada (abril de 2002) es el que más le gusta. “Porque estamos nosotras –aclara-, las mujeres del comedor El Charquito. Hay una de la mamás, María, que murió y las otras se mudaron. Quedamos tres, y nuestros nenes, como los criamos juntos, son re amigos”.
En 2002 Lucy trabajaba en la panadería del comedor. “Íbamos a las cuatro de la madrugada, eran las 11 y yo seguía ahí. Lo hacía por el medio plan de 150 pesos y después conseguimos plan entero. Entonces hacía los dos turnos y les enseñaba cada tarde a las chicas a cocinar. No es fácil para casi 200 chicos: hacíamos 225 panes diarios, largos y re lindos, para el comedor y para que se lleven. Además salíamos a vender algunos cada mañana para conseguir la plata para los ingredientes del día siguiente”.
“Cuando nos llevaron la revista para vender –dice Lucy- fue un alivio, podíamos contar con más recursos. De las cinco chicas que vendíamos la revista quedaron dos, después quedé yo. Ahora vendo 100 revistas más o menos y tengo suscriptores desde que empecé, así que me re conocen”.



Podés escuchar a la historia de Lucy. La entrevistó Verona Demaestri y le pusimos música para presentarla con los amigos de La Siberia, el programa que emite FM Provincia 97.1 lunes a viernes desde las 0 horas.

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